Cuando las velas se intencionan, se les está poniendo sentimientos, energía y se ritualizan para que al instante de encenderse, cumplan con un propósito determinado.
Están hechas con plantas, flores naturales,especias, hierbas esotéricas, como: ruda, romero, pirul, albahaca, aceites esenciales, polvos de la abundancia y mucho amor.
La palabra vela (en inglés Candle) procede del latín «candere» que significa brillar.
Desde siempre se ha acudido a las velas para diferentes acontecimientos, va de lo más simple como iluminar un lugar, para pedir un deseo en un cumpleaños, meditar, hacer oración, provocar un momento romántico, hasta lo que hacemos en Iv~Green, intencionarlas para un propósito determinado. Que ellas nos ayuden a elevar una plegaria al Universo Sagrado a través de su luz incandescente.
Encender una vela es un verdadero ritual místico, su fuego atrae energías mágicas y hace que nuestros deseos sean trasmitidos de una manera espiritual.
Sin embargo, aquí también entra algo que es esencial… la fe. Cuando pedimos algo a través de una vela, no sólo con prenderla basta, hay que tener mucha fe en que lo que pedimos sucederá. Nuestra mente es tan poderosa y nuestra energía tan brillante, que es capaz de trasformar nuestros deseos en realidad.
Mi padre decía: «Ten mucho cuidado con lo que deseas, porque se te puede cumplir».
Y es verdad, cuando le ponemos una intención a algo, en este caso a una vela, su poder se magnifica y el Universo nos escucha.